Hace poco hablando con una de mis primas, me decía que por algún motivo el cual “sinceramente no logro comprender” las mujeres en el corazón tenemos una especie de cajitas, ya que lo guardamos todo. ¡Si todo! se bueno o malo nos convenga o no. Aunque sepamos que es un grave error y jamás nos llevara a nada. Creamos una discusión interna y eterna entre cerebro y corazón tratando de convencer a nuestro cerebro que lo que estamos haciendo no es un grandísimo error, y por que nuestro corazón nos juega esta mala pasada. Pues por que al solo le interesa querer ese es su alimento por que el corazón como dice Jaime Sabines en su poema: Los amorosos, “se entregan y se dan a cada rato, llorando porque no salvan al amor” eso es lo que justamente hace el corazón con cada relación o semi relación que tiene, se entrega da y trata de salvar el amor aunque sabe que es una causa perdida. Y claro después viene la desilusión los por ques, los hubieras. En fin y todo el proceso que ya conocemos, al salir de una relación que lamentablemente o afortunadamente no fue exitosa. Yo en mis múltiples equivocaciones he dejado situaciones que no me convenían claro, ¡cuando he hecho caso a mi cerebro! Y sin embargo el corazón me recrimina una y otra ves y me sigue doliendo y me sigue diciendo búscale te estas equivocando. Pero un corazón decioso de amar apasionada y enajenadamente, no es el mejor consejero desde mi punto de vista, ni el orgullo, ni siquiera el cerebro que es frio y calcula los riesgos de todo.
Creo que en este camino emocional el mejor consejero es el tiempo y la madurez para aprender de nuestros errores. No es fácil este y eso es lo que creo en teoría por que yo misma en algunas ocasiones no pueda seguir ese consejo y he guardado y sigo guardando en ocasiones amores tanto buenos y como inapropiados para mi…
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